martes, 5 de mayo de 2009

EL JUEGO DE LA FE

EL JUEGO DE LA FE

El juego de la fe en los Play Offs:-
(dios no tiene la culpa)Las cheves, olían a la rica levadura, y el frio del hielo se convertía en calor, goteando en el suelo y vaporizando el ambiente de los treinta y tres grados en el estadio Teodoro Marisca de Mazatlán.

Un aficionado por el lado de la primera, le daba un trago a cada una de las dos chelas que sostenía en su mano izquierda entre sus dedos mientras que en la otra mano entrelazaba en sus dedos un rosario fumando nervioso, le valía grillo el próximo cáncer pulmonar, con tres quinielas arrugadas en la bolsa, ya había perdido una buena lana, y volteaba los ojos al cielo, angustiado buscando ayuda para los venados.

Juego empatado hasta la decima, su majestad el picheo ahí estaba, mostrando los dos equipos en sus lanzamientos lo mejor de sus hombres en la lomita.
El padre Padilla vino desde el puerto de Topolobampo a apoyar a sus verdes, los Cañeros, y se fumaba un cigarro tras otro desesperado, al ver que no se vislumbraba aparentemente ningún cambio en la ofensiva de su equipo.

La iglesia del padre Acuña, está arriba de la Loma del puerto, y para llegar hay que caminar un buen trecho entre el caserío que rodea la iglesia, y sus habitantes, una gran mayoría aunque no católicos, apoyaban la labor del sacerdote, porque lo sabían respetuoso de su comunidad y amigo de todos sin mirar credos.
El padre Acuña, se levantó de su butaca, y Mario su campanero le acompañó para irse con él en la parte baja de la Onceaba.

El padre Tenía que regresar al puerto, y lo esperaba la misa de 6 de la mañana. Pero presintió algo cuando vio el descontrol de Vázquez el cerrador por los Cañeros. Se detuvo entre las butacas del centro casi en la última fila, y se quedó viendo el diamante.El sabia, el había jugado beisbol también, pero el llamado de dios, le ganó y decidió dejar los diamantes por el púlpito para servir a dios.

Pero cada equipo también buscaba a dios pidiéndole ayuda, y que difícil para el señor, que callado, tan solo observaba a los humanos que se decidieran ellos mismos para que después al perder le echaran la culpa por “supuesta” falta de apoyo.
Una cerveza o un rosario en cualquier mano, para el caso es lo mismo. Las decisiones son de los hombres y no podemos culpar al creador por nuestros errores.
DIOS:- EL MANAGER
Dios no juega beisbol, pero es el gran manager del universo, y controla todos los movimientos celestiales, pero al hombre le dio el libre albedrio, y cuando el hombre siente que gana en algo,…”Gracias dios mío”,…pero si pierde,..”Bueno,. Es que dios así lo quiso….Sea por dios”.
Simplemente descontrolado, El pitcher se había equivocado, fue todo. Después de una bola picada para Rivera, Saúl Soto pidió arriba, y él aceptó.

Una bola solamente sin estraik, le daba gran comodidad para decidir qué hacer con los siguientes envíos, pero como andaba descontrolado, en el fondo sintió temor, entró totalmente frio, no traía nada en la bola esa noche.
Vázquez tragó saliva, él sabía lo que podía pasar, porque estaba viviendo una pesadilla, tanto trabajo de sus compañeros a la defensiva, protegiendo el pitcheo verde, y a la ofensiva con solo 3 hits, para que viniera en la Onceava y echara todo a perder.
Pero no hizo caso,..”A jugar pensó, y se la jugó con ese lanzamiento arriba, y Rivera la puso en los jardines.
QUE LASTIMA:

Eso costó un esfuerzo de tres horas y cuarenta minutos, de un partido peleado cero a cero, ejemplo de tú a tú con los Venados,…pero se acabó y con ese lanzamiento perdió Mochis una carrera a cero, y los venados se fueron a la alza, en el primero de la serie.
Esos juegos, son el pan nuestro de cada día en el beisbol, falla a veces, como ahora (en esta crónica que le pusimos) el bateo, o el fildeo, o bien un mal corrido de bases, un descuido del pitcher en un lanzamiento, un mal tiro a las bases tratando de sacar el corredor, un Scuis Pleis suicida (con dos auts), un toque de bola sorpresa un reclamo (artimaña) del bateador o del manager o de couchs de bases al ampáyer ya sea de bases o de Jom, con la intención de detener el partido para sacar de ritmo al lanzador,..Algo, algo algo,. Que pare en seco la casi perfección del encuentro entre ambas escuadras, y ser el primero en sacar del ritmo al lanzador.El beisbol es así, “Un duelo” constante entre esos dos contendientes, pitcher y bateador, y nada se compara dentro del estadio, al aficionado que nervioso se convierte en “Manager de tribuna”, inventando sus propias jugadas, moviendo en su imaginación el partido a su antojo, previendo en sus cálculos, lo que puede pasar en o entre bases, contra pitcher o bateador, zurdo o derecho, que señas darle al bateador, o al corredor, o a los jugadores de cuadro si está a la defensiva.
Es un deporte que por acercarse a la perfección, no gusta de los errores, pero tiene que permitirlos, porque alguien tiene que irse con el triunfo, y el culpable paga por ello, porque en el error lleva la penitencia del juego perdido. Siempre será un duelo el beisbol, y el perdedor regresará por la esperanza de la venganza, un sentimiento muy humano, que le permite esperar la revancha.

El padre Acuña lo sabía, y decidió mejor retirarse, antes de ver la tragedia, que ya veía venir sobre sus cañeros, y optó por irse mejor a echar unos tacos a la salida del estadio. Mario el campanero, le apostó al padre la cena, porque él le iba a los Venados.
El padre aceptó el reto, y en lo que se echaba tres de lengua y tres de barbacoa marina, se le atragantó la chela, cuando escuchó en la radio con la voz del cronista José ramón Flores la jugada que marcaba el triunfo de los Venados, y el final del juego, Para consolarse pidió dos más de Márlin y ”Bueno pensó el padre, en dos días más los Venados van a Mochis,…allá los espero, y entonces dijo, échame la ultima para el camino……”.
EL DUELO DEL HOMBRE

El beisbol es Un duelo,…El duelo del hombre, y el jugador en su sed de venganza, busca el desquite al verse perdido en ese partido,…Tal vez mañana me pueda reponer pensó el padre Acuña,..Tal vez mañana,…y eso le dio esperanzas,”la venganza es el néctar de los dioses.”
“En mis tiempos como ahora, se dijo el padre, el ampáyer con el play bol, llama a juego,..Bueno mejor regreso a mi parroquia, ya mañana Mario con las campanadas, mejor que llame a misa y trataremos de ganar con las oraciones, nada como el poder de la oración, que es el juego “de la fe”.
pepemonterrey@hotmail.com

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